lunes, 18 de mayo de 2015

CECAPSICOLOGÍA

AÑO 2015, MAYO- JUNIO VOL. 9 No. 66, 18/MAYO/15
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Cómo citar el artículo:
Escalona M. G.: "Ser o aparentar: Confesiones de una llorona profesional". (mayo-junio, 2015). Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S. C. [en línea] 18 de mayo, 2015. Vol. 9, No. 66. Disponible en Internet:  http://cecapip.blogspot.mx. ISSN 2007-9486.


SER O APARENTAR: 

CONFESIONES DE UNA LLORONA PROFESIONAL




Originalmente este artículo se llamaba “Sobre  las complejidades de ser una Llorona profesional” 

¿A qué me refiero?  Algunas mujeres tenemos la facilidad de llorar ante cualquier situación desde una película, un libro o los hechos que la vida nos presenta, esto parece un defecto… y el término “chillona” "llorona" engloba esta actitud, así que elegí reivindicar a las que son como yo.

¿Porque tiene que ser algo vergonzoso o quien dijo que es inapropiado, porque tenemos que controlar lo que sentimos para quedar bien?

El nombre del artículo cambio cuando me di cuenta que no solo soy llorona…
Si tuviera que hacer una lista de las cosas por las que he llorado a mis casi 45 años… No terminaría jamás, claro que es motivo de bromas en casa…

Lloré cuando vimos Lilo y Stich, con Toy Story II, al leer “Uno de los nuestros”, con un capítulo de Grey´s Anatomy, cuando murió Opi… Y con infinidad de personajes en libros películas y obras de teatro... en los  funerales y después de estos por supuesto, lloro con una canción y cuando la vida me regala un arcoíris, en estos casos solo es que los ojos se me hacen “de charco” u “ojito Remi”.

A veces creo que he llorado tanto que no volverá a suceder… ja ja ja eso no ha pasado.

Las situaciones de vida nos llevan a tomar decisiones y aplicar el acervo de conocimientos aprendidos a lo largo de esta, las lecciones llegan todo el tiempo de los lugares más impredecibles, en el trabajo, con los amigos, la familia.

Cuando más he llorado es porque me he roto el corazón, si como cuando me caía de niña y me raspaba las rodillas…

L
a primera vez lo rompí lentamente, se sintió como se fue fragmentando… y me preguntó si lo pedacitos flotaron todo este tiempo en mi caja torácica, la bendición es que mi corazón es tan persistente como yo y en las alegrías de la vida no alcanzó a romperse por completo; la segunda vez se me cayó de las manos, a decir verdad se encontraba más repuesto lo cual no impidió que se fracturara por completo… En ambos casos recuerdo la sensación física, como si tuviera algo atrapado en el pecho,  lo siguiente es que la mezcla de emociones empieza a salir por los ojos… recuerdo una ocasión que llore cerca de una hora y por más que respiraba tratando de controlarme  las lágrimas no dejaban de salir.

Recoger los pedacitos, volver a pegarlos… reconocer mis errores y redescubrirme en ellos, responsabilizarme de las consecuencias, esa es la enseñanza.

¿Qué pasa después? Dolor de cabeza, de ojos y unas ojeras profundas… Y el alma ligera, claro que la tristeza no desaparece, se toma su tiempo como tiene que ser. La realidad es que las lágrimas me hacen un efecto “aclarador” me quitan un peso de encima y me permiten poner las situaciones en perspectiva.

Es realmente agotador, invariablemente después de llorar me da sueño, mi cuerpo sabe que hay que “cargar energía” para seguir adelante. Tomamos decisiones muchas equivocadas y otras acertadas, el hecho es que en cada una va incluida una lección.

La bendición de esta capacidad de llorar desconsoladamente a pesar de la incomodidad de los que me rodean, porque la realidad es que hay a quien le desespera como quien  no sabe qué hacer, radica en la riqueza con la que puede transitar por todas mis emociones, puedo reír abiertamente a carcajadas, disfrutar de la adrenalina de las películas de terror o tocar mi miedo al agua y los lugares cerrados, disfrutar el contacto físico igual que un orgasmo o varios, enojarme y decir claramente: No gracias, no me parece, defender mis puntos de vista, ser congruente con mi sentir y pensar.

Esta soy yo a donde quiera que vaya, el paquete completo, falible, orgullosa, generosa, escandalosa, dormilona… chocante, voy por esta vida haciendo amigos, cariños, locuras, llena de defectos, trabajando día a día por ser una mejor yo,  mamá, diseñadora, artesana, profesora, amiga, curandera, bruja, chiflada, romántica incurable, leal, creadora de proyectos reales, señora que pone su corazón en lo que hace… 
Así sea llorar.



María Guadalupe 
Escalona Rivero
18 DE MAYO 2015.





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Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. Año 2 No.66 Semana 21 [18-24 de mayo] 2015. Es una publicación electrónica semanal editada  y publicada por el Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C., ubicado en  Calle Hidalgo No. 17 A-203, Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México D.F. CP. 09850. Tel 01(55)54436420, www.cecapip.blogspot.mx, cecapip@hotmail.com., www.cecapip.com.mx .Editor responsable: Ana Laura Rosas Bucio.
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